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viernes, 3 de febrero de 2017

CROQUETAS DE POLLO ASADO



Todo el mundo sabe qué es una croqueta, son porciones de masa a base de un picadillo de ingredientes mezclado con bechamel, que se enrollan con forma ovalada o redondeada, se rebozan en huevo y pan rallado y se fríen en aceite.




- Ingredientes:
125 gramos de restos de pollo asado deshuesado
25 gramos de aceite de oliva
25 gramos de mantequilla
50 gramos de cebolla (hecha con el pollo asado)
85 gramos de harina
90 gramos de salsa del pollo asado
275 gramos de leche
2 huevos
Pan rallado

- Elaboración:
Si no tienes cebolla asada del pollo, pica 100 gramos de cebolla. Echa en la sartén la mantequilla y el aceite de oliva, cuando esté mezclado, añade la cebolla. Si es cebolla asada, dale unas vueltas y sigue con la receta. Si no, tendrás que esperar unos minutos para que se poche y quede bien tierna. Añade la harina y sofríe bien para que no sepa a crudo. Sube un poquito el fuego e incorpora los 90 gramos de salsa del pollo asado y los 275 ml de leche y mueve despacio hasta integrar. No deben quedar grumos, pero si alguno se te resiste, puedes triturar la masa con la batidora en este punto.


Una vez tengas el pollo asado deshuesado, pica fino (con cuchillo o picadora). Incorpora a la sartén y mezcla bien. En unos minutos, la masa irá espesando.



Cuando la masa se despegue de las paredes de la sartén, pásala a un plato amplio o a una fuente. Cubre con film para que no haga costra y deja enfriar, primero a temperatura ambiente y luego en la nevera. 
Deja que la masa se asiente durante 4-6 horas, aunque queda mejor de un día para otro. Enrolla las croquetas como tengas costumbre. Coge una porción de masa, paso por pan rallado, luego por huevo batido y otra vez por pan rallado. En ese punto puedes freírlas o dejarlas para otro momento. Si no las vas a freír, coloca en una bandeja, cubre con film transparente (sin aplastar) y deja en la nevera. Para freírlas, pon un cazo con aceite de oliva y, cuando esté bien caliente, echa las croquetas. Pon pocas cada vez para que la temperatura del aceite no baje demasiado. Da la vuelta a las croquetas para que se hagan de forma homogénea y saca en cuanto estén doradas. Ponlas sobre un escurridor para que suelten el aceite sobrante y luego en un plato con papel de cocina.
Si no, tendrás que esperar unos minutos para que se poche y quede bien tierna. Añade la harina y sofríe bien para que no sepa a crudo. Sube un poquito el fuego e incorpora los 90 gramos de salsa del pollo asado y los 275 ml de leche y mueve despacio hasta integrar. No deben quedar grumos, pero si alguno se te resiste, puedes triturar la masa con la batidora en este punto.




Sirve inmediatamente para que estén crujientes por fuera y cremosas por dentro.

Trucos y consejos:

→ También puedes usar restos de otros guisos, como perdiz en escabeche rabo de toro y calamares en su tinta
→ Es muy importante que el aceite esté muy caliente cuando las eches a freír y que las croquetas salgan directamente de la nevera. Al ser una masa muy blandita, queremos que se dore el rebozado enseguida y que no se reviente, para evitar que se salga el relleno.
→ Una vez rebozadas, las puedes congelar. Colócalas en una bandeja con papel de horno y, una vez congeladas, puedes cambiarlas a una bolsa para que te ocupen menos. Si haces croquetas de diferentes sabores y las tienes congeladas, puedes hacer dos cosas para no confundirlas: dar diferente forma a las croquetas (redondas, ovaladas, más grandes o más pequeñas) o marcar bien las bolsas con rotulador o pegatinas.


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